fueron escritas por László Jávor, y que fue grabada por primera vez por Pál Kalmár en 1935. Algunas versiones de la leyenda dicen que la canción fue inspirada por la trágica ruptura de Seress con su amante, que más tarde se suicidó, mientras que otros afirman que fue la novia suicida de Jávor que inspiró la canción. La misteriosa canción está contada desde la perspectiva de una persona cuyo amor ha muerto y está pensando en el suicidio con el fin de reunirse con ella, acompañado por una melodía particularmente triste.
Curiosamente, Seress se suicidó el 13 de enero de 1968. En su obituario, el New York Times informó que “Gloomy Sunday” había dejado a Seress deprimido porque creía que no volvería a crear otra canción de éxito. Peor el misterio no acaba aquí, ya que la conexión con el suicidio comenzó incluso antes de que fuera publicada, ya que el segundo editor que recibió la partitura se suicidó poco después. Sin embargo, “Gloomy Sunday” fue un éxito indiscutible en la era de la “depresión húngara”, y con el tiempo la canción se dio a conocer en el extranjero.
La maldición de la canción se comenzó a extender, y en un artículo publicado en marzo de 1936 por la revista Time mostró una serie de suicidios en Hungría vinculados a la canción: un zapatero citó la canción en su nota de suicidio, dos personas se suicidaron mientras escuchaban la canción, la gente se suicidaban tirándose al Danubio, mientras escuchaban la misteriosa partitura. Y los informes realizados a la canción no se solo se limitaban a Hungría. En la década de 1930, el New York Times informó sobre suicidios e intentos de suicidio en los Estados Unidos relacionados con “Gloomy Sunday”. La canción fue prohibida incluso por la BBC hasta el año 2002, y según algunos informes, algunos tiendas se negaron a vender la canción, temiendo que de alguna manera fuera responsable los suicidios.
La canción llego a ser tan popular que el mismísimo Billie Holiday grabó su propia versión de “Gloomy Sunday” en 1941, y posteriormente la canción se llegaó a grabar 79 veces por artistas conocidos como Lou Rawls, Ray Charles, Elvis Costello, Sarah McLachlan, y Björk.
¿Canción maldita?
Dejando aparte la explicación científica que más adelante comentaremos, muchas personas creen que detrás de esta música “infernal” se esconde una influencia demoníaca, o infestación, convirtiéndose así en un tema bastante controvertido, la canción maldita. Este tema suele ser un tema muy difícil de tratar, simplemente porque muchas personas tienden a pensar en la superstición como la posibilidad de que ciertas canciones pueden ser maldecidas. Cuando se habla de “canciones malditas” no significa necesariamente que alguien realizó alguna especie de ritual sobre la canción con el fin de que sea maldita.
Como hemos comentado en anteriores artículos, hay objetos malditos que pueden llegar a provocar mala suerte extrema, grabes accidentes, ruina económica, enfermedades, pesadillas, tensiones en las relaciones, insomnio, y mucho más. Pero tenemos que recordar que cada caso es diferente, y como puede ocurrir en la canción “Gloomy Sunday”, los efectos pueden llegar a ser muchos más devastadores, como la destrucción del propio ser.
¿Y qué piensa la ciencia?
La ciencia también ha investigado la misteriosa canción, teorizando que se pueda tratar de suicidogenetica. De hecho, existe un término para describir este fenómeno, conocido como “Efecto Werther”, que hace referencia a un aumento de los suicidios emulando un suicidio ampliamente publicitado (real o ficticio). Incluso se han llegado a realizar investigaciones sobre los posibles efectos del cine, la televisión, la música y los juegos en el comportamiento suicida. Aunque hay que apuntar, que todos los estudios realizados hasta el momento no han dejado claro si ciertos componentes de medios o géneros podrían desencadenar constantemente suicidios, siendo un tema muy controvertido para la propia comunidad científica.
Lo único cierto es que la canción “Gloomy Sunday” parece tener una relación directa con los suicidios, accediendo al interior del cerebro y inspirando a la muerte. Canción maldita o paranoia colectiva, sea lo que sea continúa siendo un misterio sin respuesta.